El pan es para muchos un auténtico manjar; no puede faltar en ninguna comida o cena, indispensable en las meriendas típicas del bocadillo de toda la vida e incluso es un verdadero placer tomarlo en el desayuno acompañado de una mermelada casera o un buen chorro de aceite de oliva. Pero el pan no es un ingrediente más de nuestras comidas, sino un símbolo de identidad propio de cada país influenciado por el clima, la religión y las costumbres culinarias.
Estamos en verano y quizás alguno pueda tomarse unas vacaciones y degustar el pan in situ, pero para los que no, vamos a conocer los panes de diferentes lugares del mundo.
¿Empezamos por nuestro continente? Si hay que destacar un lugar europeo famoso por su pan ese país es sin duda Francia. El pan francés más conocido es la baguette, una barra de pan fina y alargada, dorada y crujiente en su exterior y esponjoso en el interior. Pero Francia también es conocida por el pan de seigle o pan de centeno mientras que en las zonas más rurales, el pan más tradicional es el pain de champagne, un pan artesano tradicional con una pequeña proporción de harina integral de centeno.
La importancia del pan es básica en la cultura italiana; los grisinis o colines son esos palitos deliciosos típicos en las trattoria. Originarios de la ciudad de Turín, pueden ser finitos o un poco más gruesos, sin sabores aliñados o con hierbas, pero siempre crujientes y sabrosos. No podemos olvidarnos de la tradicional ciabatta conocida en España como chapata, característico de la región de Emilia Romaña.
El Reino Unido tiene muchos tipos de pan y todos muy buenos. En general preparan panes de migas muy tiernas y corteza poco crujiente como por ejemplo el pan de molde conocido como grannary tin loaf. El irish soda bread es el pan casero irlandés que utiliza bicarbonato en lugar de levadura. El victorian milk bread o pan inglés de leche lleva leche en abundancia, lo que hace que tenga una corteza blanda y lisa. Es ideal para el desayuno. Por su parte, el cottage loaf es un pan con la forma de una seta que se elabora poniendo una bola de masa sobre otra más grande.
En Alemania, prevalecen los panes oscuros como el pumpernickel, que se hace con cereales integrales. El landbrot, o pan de la tierra es un pan de centeno. El partybrot es un pan con semillas de amapola y sésamo.
Si nos adrentamos en el vecino Portugal, el pan típico es el pan broa de maíz originario de la región de Miño, en el norte de Portugal… aunque se consume en todo el país. Su miga es característicamente amarilla.
Y no mencionar el pan gallego, elaborado con masa mezclando harina de trigo y de centeno.
¿Y si cruzamos el charco? Los colonos europeos se llevaron consigo la receta del pan con la diferencia de que en América los panes se horneaban en cada hogar, lo que originó el nacimiento de los típicos panes americanos de cocción rápida sin levaduras.
Además, los inmigrante judíos del sur de Alemania que se establecieron en Nueva York, llevaron consigo su pan estrella: el bagel, hoy en día el pan americano, más famoso. Es esa pequeña rosca y que antes de ser horneado se cocina en agua brevemente.
El cinnamon raisin bread, pan con pasas y canela está enriquecido con leche y aderezado con pasas y canela, es el pan favorito en los desayunos norteamericanos. En Centroamérica, sin embargo, el pan más extendido son las tortillas. La tortilla contiene harina de maíz y es un pan ácimo, es decir, sin levadura. Con ellas se preparan los mundialmente famosos tacos, enchiladas, quesadillas y flautas.
Si viajamos a Oriente Próximo,en la mayoría de los países, el pan sustituye a los cubiertos, porque, tradicionalmente se come con la mano. Generalmente son panes planos siendo el más conocido el lavash, recién hecho resulta muy flexible. Otro pan muy conocido en estos países es el pan de pita es un pan de origen árabe, que se consume en todo el Mediterráneo oriental.
En África se consumen aún los ancestrales panes planos hechos en hornos de piedra empleando diferentes harinas de diferentes cereales, de mijo, de sorgo y de teff, un antiguo cereal que se consume mucho en Etiopía, de hecho es la base de su tradicional injeera.
Cabe destacar también el pan marroquí: aunque es plano, es muy ligero y su miga resulta esponjosa. Se elabora con abundante sémola y requiere poco tiempo de horneado.
El Hobart Cheesymite scroll es el pan típico en Australia y Oceanía. Ideal para un desayuno o una merienda fácil de disfrutar en cualquier momento del día, en casa o en el trabajo durante el descanso, el cheesymite es un delicioso pan horneado en forma de espiral hecho a base de queso.
El verano es la temporada perfecta para consumir frutas, hay mucha variedad para todos los gustos, están en su punto óptimo de maduración y su precio es más bajo que durante el resto del año. Sin embargo, generalmente las solemos consumir tal cual, como postre al finalizar la comida principal, y pocas veces forman parte de platos más elaborados.
Las frutas son ricas en vitaminas, fibra y sacarosa, fácilmente digeribles e incrementan la sensación de saciedad. Además, son muy sencillas de preparar y sus colores hacen que sean muy apetitosas.
En función de cómo la vayamos a consumir, deberemos comprar unas u otras frutas. Por ejemplo, si optamos por el consumo en fresco, deberemos recurrir a las frutas de mayor calidad posible. Aquellas piezas sobremaduradas, verdes o con manchas, serán más económicas, pero hay que tener en cuanta que perderán alguna cualidad del producto en perfecto estado. Intentaremos también optar por variedades en temporada, que tendrán un mejor sabor y además, serán más baratos.
Una vez tenemos la fruta en casa, hay que guardarla en un lugar ventilado, fresco y seco, para conservar sus cualidades durante más tiempo. Sin embargo, con el calor propio del verano, si no queremos que se deteriore rápidamente, habrá que consumirla con rapidez, por lo que no haremos comprar muy grandes.
Otra forma de alargar la vida útil de las frutas es conservarlas en el frigorífico. Por ejemplo, las manzanas duran hasta dos semanas en refrigeración, cítricos hasta tres, mientras que los plátanos y peras apenas una semana. La forma idónea de conservar las frutas en la nevera es en los cajones inferiores, donde la temperatura es más baja, evitando que contacten entre si porque se puede favorecer la maduración acelerada.
Si queremos dar un paso más allá a la hora de preparar algún postre con fruta fresca, necesitaremos un mínimo de utensilios para su elaboración. No serán muchos, nos bastará con un cuchillo de acero inoxidable, un exprimidor y un cortador para hacer bolas de melón o sandía.
Como el resto de vegetales, la s frutas comienzan a perder jugos en el momento que son cortadas, por lo que es conveniente preparar el plato en el último momento, justo antes de consumirlo. Además, se oxidan rápidamente, sobre todo las manzanas y las peras, aunque se puede evitar frotando la superficie con un poco de zumo de limón. Ensaladas con frutas Las ensaladas con frutas son una preparación muy fácil de elaborar, muy apetitosas y que cumplen con el papel de plato principal, sobre todo si queremos optar por una cena ligera. Las opciones son muy variadas, desde una ensalada verde a la que añadimos alguna fruta troceada, pasando por ensaladas preparadas exclusivamente con fruta. Será recomendable aliñarlas con zumo de cítricos, generalmente naranja o limón.
Para hacer un sorbete de sandía, quitar la pulpa de una fruta pequeña y trocearla, suprimiendo las semillas. Añadir media cucharadita de canela molida y azúcar moreno a gusto. Poner en vasos y enfriar en la nevera al menos una hora antes de servirla. Para un cóctel de cítricos, pelar y trocear tres naranjas y un par de pomelos. Rociar con 150 ml de almíbar ligero, añadir unas hojas de hierbabuena y enfriar bien antes de servir.
Los plátanos con chocolate son muy fáciles de preparar: se derrite aproximadamente unos 50 g de chocolota por unidad y lo vertemos en un plato. Untamos los plátanos con el chocolate y enfriamos para se quede duro.
¿Qué sería un verano sin disfrutar de un buen helado? Da igual el típico polo de hielo, el cucurucho de barquillo o la tradicional tarrina, pero el degustar un buen helado un día de sol es un clásico que nunca pasara de moda en nuestros veranos. Pero la innovación también ha llegado a este sector y aunque los sabores de toda la vida permanecen en las vitrinas de las heladerías son muchas las empresas que se han lanzado a probar sabores nuevos. Por ejemplo, Häagen-Dazs se ha atrevido a introducir verduras en sus helados con una serie limitada llamada 'SpoonVege' y ha conseguido un maridaje digno del más fino de los paladares. Sus helados de zanahoria con naranja o tomate con cerezas han sido ya lanzados al mercado en Japón con un mucho éxito.
Pero hoy por hoy, la tendencia en heladería es el “helado snack”. Os podéis preguntar cuales son los sabores que rigen esta tendencia y la verdad que son nuevos y raros: pretzel salado con caramelo de chocolate, la tarta de queso con “terciopelo rojo” e incluso sabores que contienen alcohol, como el grasshopper, brandy con crema de menta. El chocolate cubierto con patatas fritas o palomitas sería otro ejemplo de una nueva tendencia. ¿Qué os parece? La verdad que la imaginación está servida. Desde que Matt O´Connor crease un helado hecho a base de leche materna esto ha sido un no parar en la búsqueda del helado con el sabor más diferente e innovador.
Y en eso España está a la cabeza y cuenta con un equipo que compite nada más y nada menos que en Coppa del Mondo della Gelateria, la Gelato World Cup. El equipo formado por Paco Carretero, Lorenzo Blanco y Andrés Sirvent, ambos de Calahorra (La Rioja); Alfonso Herce, de Arnedo (La Rioja); Jesús Ruiz de Arcas, de Valls (Tarragona); y Xavier Calatayud, de Malgrat de Mar (Barcelona), se atreve con sabores como helado de manzana al horno, helado de almendras amargas y esferas de chocolate rellenas de helado de avellana, café y chocolate o helado de lentejas, aceite de oliva y pimiento del piquillo.
Pero no solo nos quedamos en el sabor. La sociedad actual considera la obesidad como un grave problema y se preocupa de su salud, por lo que se está apostando por helados bajos en grasas y azúcar. Incluso, para facilitar el consumo a aquellas personas que por un problema de salud no puedan consumir helados, cada vez son más habituales los helados sin gluten ni azúcares añadidos y los libres de lactosa para que puedan comerlos tanto los celíacos como los diabéticos e intolerantes. Una buena iniciativa ¿verdad?
Está claro que el helado, sea de cualquier sabor, evoca momentos de relax y felicidad. Creo que soy tradicional en sabores, me decanto por los clásicos vainilla, chocolate y yogurt, pero de probar alguno…me gustaría el helado de lentejas, aceite de oliva y pimiento del piquillo.
Y vosotros ¿seguís fieles a los sabores clásicos o daríais el paso al “helado snack”?
El recipiente Fizpílar ha sido el receptor del premio al Diseño e Innovación Tecnológica 2014 en el Foro Debate de Gastronomía Madrid Fusión, es el producto revelación del año. ¿Pero qué es exactamente? Es un recipiente que combina la tecnología empleada para desarrollar su avanzada cerámica característica, con la estructura técnica especial de sus Tapas de madera que disponen de un sistema de regulación de la ventilación para dosificar la humedad en su interior lo que lo hace un producto revolucionario en el concepto de conservación de alimentos frescos. Está elaborado con arcillas de extracción directa, analizadas en laboratorio para poder estar en contacto con alimentos, y gracias al proceso especial de fabricación con un TDP especial, conserva los alimentos, potencia su sabor y evita que se deterioren al no usar el frio como componente, si no gracias al microclima creado en su interior por los propios productos que se introducen.
¿Pero … para que se usa?
En primer lugar es un sistema que permite el ahorro de energía ya que con su uso adecuado puedes conservar frutas y hortalizas fuera de la nevera y degustarlos en su momento justo lo que aportará mejor sabor y jugosidad a los productos. Fizpílar recrea el microambiente y las condiciones de conservación y maduración natural de los productos frescos, alargando su periodo de consumo, de forma que se mantenga o acreciente su sabor.Además, puedes conservar el en el pan manteniéndolo fresco durante días.
Actualmente, está siendo utilizado en escuelas de cocina y restaurantes por cocineros de prestigio que desean mantener sus vegetales, hortalizas, frutas o pan en las mejores condiciones de maduración, sabor y textura.
¿Te animas a probarlo? Hay distintos formatos para satisfacer cualquier necesidad. Puede ser una buena alternativa de almacenaje y además se respeta el medio ambiente.
Hace ya algunos veranos que importantes marcas de agua han sacado al mercado agua aromatizada con distintos aromas que dan un toque de sabor diferente. Además, si sois asiduos a tomaros un buen cóctel de vez en cuando, habréis notado que cada vez es más común incluirles diferentes tipos de frutas para darles un toque de sabor y sofisticación. Hay muchas maneras de lograrlo, ¿Te apuntas a intentarlo?
En primer lugar puedes añadir rodajas de fruta o hierbas aromáticas (menta, albahaca,...) dentro de los cubitos de hielo antes de congelarlos ¿Fácil no? Otra opción es sustituir el agua de relleno por el zumo de la fruta que más te guste, estará delicioso y llevará tu toque personal.
Otra alternativa muy vistosa es hacer los cubitos de hielo con fruta triturada, pudiendo mezclar varias frutas según te apetezca. Por ejemplo la combinación de cítricos con frutos rojos tipo frambuesa está muy rica.
Además puedes hacer infusiones con frutas o tés y especias y rellenar con ellos las cubiteras. El resultado puede llegar a sorprenderte ya que además de mejorar la imagen, se añade una fragancia y un sabor que llegan a sorprender.
¿No te apetece degustar un té helado con aroma a canela, vainilla o rosa? ¿O un Gin Tonic aromatizado con unos cubitos de arándanos y romero? ¿Y qué me dices de unos cubitos de rábano, jengibre, menta y frambuesa muy digestivos para las comidas copiosas de este verano?
¿Suena bien verdad? Y si ya los pones en cubiteras con diferentes formas, la originalidad está servida. ¿Te apuntas a probarlo? Es un detalle sencillo que sorprenderá a tus invitados veraniegos y no los dejará indiferentes.