Es la petición que nos hace WWF en su nueva campaña de sensibilización Fish Forward, porque eligiendo pescados y mariscos sostenibles podemos marcar la diferencia. Esta iniciativa, cofinanciado por la Comisión Europea, trata de concienciar a los consumidores de 11 países de la Unión Europea (UE) sobre las consecuencias ecológicas y sociales a escala global que tiene el consumo de pescado.
Y es que en los últimos 40 años, las poblaciones de especies marinas se han reducido en un 39% de media en todo el mundo debido, entre otros motivos, a la sobrepesca. El 61% de las poblaciones mundiales de peces evaluadas están plenamente explotadas y el 29% están sobreexplotadas. En el Mediterráneo este porcentaje supera el 90%.
La UE es el mayor importador de pescado y marisco del mundo, y España el tercer país con mayor consumo per cápita en la UE. La campaña de sensibilización de WWF (que se desarrolla en España, Bulgaria, Alemania, Francia, Grecia, Italia, Croacia, Austria, Portugal, Rumanía y Eslovenia) pretende mostrar que cada consumidor puede contribuir a una economía más responsable con las personas y la naturaleza mediante la compra de pescado y marisco sostenibles.
Según explica José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF, “la campaña está muy centrada en dar información al consumidor porque consideramos que tiene un papel clave: su elección puede determinar que nuestros océanos se mantengan saludables o cada vez estén más degradados”.
WWF hace hincapié en la importancia de elegir pescado y marisco sostenible con el objetivo de conservar los océanos y beneficiar a los pescadores que trabajan de manera responsable, lo que repercutirá de forma positiva en la naturaleza y las personas.
Para que esta elección pueda realizarse, es imprescindible identificar de manera clara el origen sostenible de cada producto. Por eso es necesario que estén bien etiquetados, con certificaciones como la MSC (Marine Stewardship Council), para los procedentes de pesca extractiva, o ASC (Aquaculture Stewardship Council), para peces de cultivo, según la asociación ecologista. En cada país las leyes garantizan el acceso a datos como la especie, el caladero o el tipo de arte empleado en la captura.
La pesca y la piscicultura dan sustento y son la forma de vida, directa o indirectamente, de entre 600 y 800 millones de personas en el mundo. El 97 % de las personas que trabajan en la cadena de suministro de pescado y marisco habitan en países en desarrollo. Por eso la campaña pone especial atención en dar a conocer las condiciones de vida de las pequeñas comunidades pesqueras y la contribución al bienestar que una pesca sostenible puede aportarles.
No es de extrañar, cuando el 50% del pescado y marisco consumido en la Unión Europea procede de países en vías de desarrollo. Y España juega aquí un papel importante, ya que es el cuarto mayor importador del mundo y el noveno exportador. Además, se sitúa como el tercer país con mayor consumo per cápita en la UE (42 kilos al año).
En 2013, nuestro país importó casi 1,5 millones de toneladas de productos de la pesca y acuicultura. De esta cantidad, el 72% procedía de buques pesqueros de terceros países y el 38% de países en vías de desarrollo. La situación es tal, que a partir de mayo de este año España ha dejado de consumir pescado capturado en aguas españolas y ha comenzado a depender del que se pesca en mares de otras regiones del planeta, incluidos países en desarrollo.
Estos datos indican una gran dependencia de las importaciones, junto a una enorme influencia en la pesca internacional, lo que supone, en palabras de WWF, “una responsabilidad con la salud de los océanos y las comunidades dependientes del mar. Entre las preocupaciones de los ecologistas figura que parte del pescado importado pueda proceder de flotas que trabajan con “esclavos a bordo”, como las de Tailandia o Indonesia.
A través de la página web de la campaña, Fish Forward, podemos conocer más datos sobre el sector en sus vertientes medioambiental, social y económica, así como diversas noticias, propuestas y recomendaciones de compra para un consumo de pescado y marisco más sostenible.
Junto a las acciones a “pie de tienda” y las conversaciones con los sectores de la distribución y hostelería programadas en la campaña, se realizarán también peticiones para que el Gobierno y las administraciones impulsen el suministro “responsable”, con especial atención a la “compra pública” de productos pesqueros.
Pero, sin duda, la concienciación de los consumidores y nuestra elección de pescados y mariscos que provengan de una pesca sostenible serán el mejor impulso para que esta actividad vuelva a ser respetuosa con los mares y océanos de nuestro planeta y con las gentes que de ellos viven.