Pepitas de fresa, un poderoso antioxidante.

Fuente: Pixabay/ Hans Braxmeier

Además de deliciosas, las fresas son un alimento saludable que nos aporta vitaminas y nos ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes, e incluso el cáncer o la obesidad. Su alto contenido en antioxidantes nos protege de los procesos de envejecimiento y muerte celular. Pero, ¿sabías que la mayor parte de esos compuestos beneficiosos están en las pepitas?

Investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de la Junta de Andalucía, en colaboración con las universidades de Vigo y de la Marche (Italia), han demostrado que el 81 % de los antioxidantes presentes en esta fruta se encuentran, precisamente, en sus diminutas pepitas negras.

Constituyen solo el 7,5 % del peso seco de la fruta, pero es en ellas donde se concentra el poder antioxidante de la fresa. Para comprobarlo, los científicos han realizado simulaciones in vitro de lo que sucede durante el proceso de digestión en el organismo.

Durante la digestión simulada en laboratorio han medido los antioxidantes que liberan tanto el aquenio (las pepitas) como el resto de la fruta. Se han fijado, sobre todo, en los fenoles, flavonoides y antocianos detectados, tres tipos de antoxidantes presentes en las fresas.

Han analizado también los procesos que se dan en el intestino. “Por un lado, hemos realizado un estudio de bioaccesibilidad, para comprobar los componentes que estos productos desprenden en el estómago; y por otro lado, de biodisponiblidad, para conocer cuáles de éstos podrían pasar al torrente sanguíneo”, señala María Teresa Ariza, investigadora, del área de Genómica y Biotecnología del Ifapa.

Fuente: Pixabay/ Hans Braxmeier

Los resultados de los estudios han sido publicados en la revista International Journal of Molecular Sciences, según informa en un comunicado la Fundación Descubre, que explica en detalle la metodología empleada: “para la simulación de la digestión in vitro se introduce en un vaso de precipitado una cantidad determinada de fresas y aquenios con agua. Con una sonda se mide el ph o grado de acidez para disminuirlo a una cifra de 1.8, que es el mismo que tiene un estómago normal en ayunas. A esta mezcla, se le añade pepsina, la enzima encargada de digerir los alimentos. Todo esto es sometido a la misma temperatura del cuerpo, 36,5 – 37 grados centígrados”.

Se trata de una digestión de dos horas (como la de nuestros veranos de la infancia), tras la cual se extrae una pequeña porción de líquido con la que se analizan los compuestos antioxidantes que se desprenden de las pepitas y de la fresa. “De esta forma – indica Ariza- podemos saber qué parte de éstos se liberan e incluso podrían ser absorbidos por el organismo a nivel estomacal”.

Para la digestión intestinal se realiza un procedimiento similar, que incluye el paso de parte de este líquido por una membrana de diálisis que simula la pared del intestino delgado.

Así es como los investigadores han podido determinar que, tras la digestión gástrica, las pepitas liberan una proporción de antioxidantes más elevada que la propia pulpa o parte roja de la fresa.

Además de resaltar las propiedades saludables de esta fruta, ya conocidas, el estudio pretende destacar el valor del aquenio como producto biosaludable por sí mismo. Podría, incluso, “tener una salida comercial en la industria de procesado como un subproducto de interés”, según afirma Ariza.

  •  
  • 0 Comentario(s)
  •  

Comunidad Mundo Sabor

Blog

 

Archivo

Blog rolls