¿Dónde quedaron esos tiempos en los que todo era aprovechable? Esas croquetas de pollo hechas amorosamente por nuestras madres o abuelas con las sobras del asado del día anterior, esa “ropa vieja”, esa cocina de reciclaje que tantos buenos platos generaba… lo cierto es que a pesar de la crisis, un tercio de la comida que se produce acaba en la basura.
En un informe de 2011, la FAO advierte de que en el mundo se pierde o desperdicia un tercio de los alimentos producidos cada año para el consumo humano, aproximadamente 1300 millones de toneladas.
España es el séptimo país europeo que más comida desperdicia, después de Reino Unido, Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia. En total, en nuestro país se tiran al año 7,7 millones de toneladas de alimentos.
Los hogares tiran 1,36 millones de kilos al año, lo que supone 25,5 millones de kilos a la semana, según el último informe del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente (Magrama). Cada semana van a la basura 1,3 kilos de alimentos por hogar, es decir, el 4,5% de todos los alimentos que se compran.
Los motivos de este desperdicio son mayoritariamente tres:
Los alimentos que el consumidor español desperdicia con mayor frecuencia son el pan, la fruta y las verduras.
Pero… ¿Cómo conseguir cambiar esta situación? Son muchas las iniciativas generadas en los últimos años.
Se han creado modelos de negocio orientados a minimizar el desperdicio, incluso en Australia la ONG OzHarvest ha abierto recientemente en Australia un supermercado que comercializa todos aquellos alimentos y productos domésticos que los supermercados convencionales y otros establecimientos no venden por no cumplir los estándares de mercado, alimentos que han superado la fecha de consumo preferente o que están próximos a caducar, tienen el embalaje en mal estado o etiquetas incorrectas, etc. Pero de nada sirven este tipo de iniciativas si nosotros como consumidores no tomamos conciencia de la situación. El despilfarro alimentario no sólo es un problema ético, sino además económico y ambiental.
Para ello OCU pone a disposición de los consumidores la web donde se podrá acceder a información útil y consejos para lograr reducir la cantidad de alimentos que se tira a la basura diariamente.
Para OCU, “éste es un pequeño grano de arena que aporta para la combatir este problema global, complejo y con multitud de variables”. En este sentido desde OCU se sigue reclamando el apoyo de los consumidores para conseguir por parte de las autoridades competentes una ley específica que regule y establezca medidas para frenar el desperdicio de alimentos y que recoja aspectos como:
Y tú, ¿Te atreves a aportar más y tirar menos?