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¿Aceite de oliva virgen extra en la satén?

España es uno de los países afortunados por tener en su haber el cultivo del que podría considerarse como oro vegetal: el aceite de oliva. Posiblemente, como consumidor, te preguntaras cual es el mejor aceite para freír o si es más o menos sano utilizar para ello un aceite u otra. ¿Utilizar un aceite de oliva virgen extra o por el contrario es suficiente con utilizar un aceite de oliva virgen, un refinado o incluso un aceite de semillas como el de girasol, por lo general más baratos que el virgen extra? Veamos cuales son las ventajas de utilizar aceite de oliva virgen extra en las frituras.

FUENTE: www.directodelolivar.com

Partiendo de la base de que hay que tratar de minimizar el consumo de los tradicionales “fritos” en nuestra dieta, si los vamos a consumir, asegurarnos de utilizar un buen aceite de oliva, preferentemente virgen extra, ya que aportará al plato unas cuantas calorías menos y algo más de polifenoles (antioxidantes naturales). Es cierto que los alimentos cocinados de forma correcta en una buena fritura con AOVE, conservan mejor sus propiedades nutritivas que otros métodos como el hervido, según demuestra un estudio de la Universidad de Granada, pero claro está, a cambio de aportar más grasas y calorías.

Estudios anteriores ya habían revelado que algunos aceites, como el de girasol, forman más compuestos tóxicos que el de oliva cuando se calientan a temperatura de fritura. Ahora investigadores del grupo Innovación en análisis químico de la Universidad de Jaén (UJA), en colaboración con el laboratorio de Bromatología e Hidrología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Oporto, han demostrado que el aceite de oliva virgen extra presenta una mayor resistencia al proceso de fritura que otros disponibles en el mercado (aceite de cacahuete y de canola). El gran número de antioxidantes presentes en el de oliva virgen extra contribuye en gran medida a que se degrade menos y de manera más lenta que los otros, además de que resulta ser el más estable y produce menos compuestos tóxicos. En el estudio, publicado en la revista Journal of the American Oil Chemists' Society, han demostrado que los beneficios que presenta el aceite de oliva virgen extra con respecto a otros usados comúnmente para freír, se deben también a un menor porcentaje de ácidos grasos poliinsaturados, como el omega 3 y a un mayor porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados, como el oleico (omega 9), uno de sus componentes principales.

Teniendo claro que el AOVE es la mejor elección, ¿Conocemos las claves para freir y reutilizar este aceite? Os proponemos una serie de pautas a tener en cuenta para evitar problemas en la fritura.

  • El aceite de oliva virgen extra mantiene sus propiedades beneficiosas hasta los 170º-180º, una vez alcanzada esta temperatura, se empieza a quemar y produce grasas trans que no son nada sanas. En base a ello, tenemos que intentar no calentar en exceso el aceite y no utilizarlo más de dos o tres veces, ya que cada vez que se calienta, se pierden polifenoles, el aceite se oxida y desciende la temperatura a la que genera humo.

  • Nunca se debe mezclar aceite ya usado con otro sin usar, ni mucho menos con otros tipos de aceite porque tendrán distintos puntos de humo y el que aguante menos el calor aportará grasas trans a los alimentos. Si tenemos una freidora con termostato, podremos regularla de tal forma que nunca se alcancen los 170º.

  • A su vez, tenemos que evitar que los alimentos tengan agua en el momento de freírlos, ya que favorecen la descomposición del aceite.

  • Colar el aceite después de su uso para eliminar los restos de alimentos que hayan podido quedar.

Si necesitáis conocer más datos o curiosidades sobre el aceite de oliva os remito al artículo 

Verduritas fritas con aceite de oliva: las más saludables

Fuente: https://www.ugr.es/

Cuando hablamos de cocinar verduras de forma saludable, solemos pensar en las hechas al vapor, o cocidas en agua. Son técnicas muy convenientes si lo que queremos es el mínimo aporte calórico, pero son las verduras fritas con aceite de oliva virgen las que poseen más propiedades saludables.

Así lo aseguran investigadores de la Universidad de Granada, que han demostrado que la fritura en aceite de oliva virgen extra (AOVE) es la técnica culinaria que más aumenta la fracción fenólica de hortalizas como los tomates, patatas, calabazas y berenjenas.

Cuando estas verduras son fritas con aceite de oliva virgen extra mejoran su capacidad antioxidante y su contenido en compuestos fenólicos, que previenen patologías crónico-degenerativas como el cáncer, la diabetes o la degeneración macular. Mediante la fritura, el aceite transfiere fenoles a los vegetales, enriqueciéndolos con compuestos que las hortalizas frescas no contienen.

Los resultados de estas investigaciones han sido publicados en la revista Food Chemistry, según informa la Agencia de Noticias Científicas SINC. El estudio forma parte de la tesis doctoral de Jessica del Pilar Ramírez Anaya, realizada en el departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia en la UGR.

Fuente: https://pixabay.com/es/users/marinatemebaby-865559/

Los investigadores se centraron en estos dos productos (verduras y aceite de oliva) porque forman parte esencial de la dieta mediterránea, tan extendida, por fortuna, en nuestro país. Su objetivo era determinar el efecto de la aplicación de diversas técnicas culinarias sobre la capacidad antioxidante y el contenido de compuestos fenólicos totales e individuales en las hortalizas que consumimos con más frecuencia.

Tanto el aceite de oliva como las verduras son una fuente importante de estos antioxidantes, que pueden verse modificados durante el procesado doméstico de los alimentos, ya sea por la pérdida o por el incremento en sus concentraciones.

Para comprobarlo, los investigadores diseñaron un experimento en el que cocinaron porciones de 120 gramos de cubos de patata (Solanum tuberosum), calabaza (Cucurbita moschata), tomate (Licopersicum esculentum) y berenjena (Solanum melongena), sin semillas ni piel.

Las hortalizas fueron fritas y salteadas en AOVE, así como hervidas en agua o en una mezcla de agua y AOVE. Tal como indican los autores del estudio, los experimentos fueron controlados para garantizar todas las condiciones de procesamiento, y se mantuvo constante la proporción entre el vegetal y el medio de cocción, según las recetas tradicionales españolas.

Fuente: https://pixabay.com/es/users/Jedidja-837884/

Las verduras procesadas se mantuvieron en condiciones adecuadas para la determinación de humedad, grasa, materia seca y fenoles totales, así como la medida de la capacidad antioxidante por diferentes métodos. Paralelamente se completó el estudio con la determinación por cromatografía líquida de alta eficacia (HPLC, por sus siglas en inglés) del contenido de compuestos fenólicos individuales característicos de las hortalizas.

Los resultados demostraron que el uso de AOVE durante la fritura de las hortalizas incrementa su contenido de grasa y reduce su humedad, mientras que en el resto de técnicas este efecto no se observa.

“Al comparar el contenido de fenoles totales con respecto a las hortalizas frescas encontramos tanto incrementos como reducciones según la técnica aplicada. El aceite como medio de transferencia de calor incrementa el contenido en compuestos fenólicos en las verduras, frente a otras técnicas culinarias como el hervido donde la transferencia de calor se produce a través del agua”, explica a SINC una de las autoras de este trabajo, la profesora de la UGR Cristina Samaniego Sánchez.

Esto se debe a que se produce una transferencia de fenoles desde el AOVE hacia los vegetales, enriqueciéndose éstos con compuestos fenólicos exclusivos del aceite que no se encuentran presentes de forma natural en las hortalizas frescas.

Fuente: https://pixabay.com/es/users/Srattigan-122340/

“Por tanto, podemos afirmar que la fritura es la técnica que produce mayores incrementos asociados en la fracción fenólica, lo que supone una mejora en el proceso de cocinado, aunque incremente la densidad calórica de los alimentos a causa de la cantidad de aceite absorbido”, destaca Samaniego.

Todas las técnicas culinarias incrementaron la capacidad antioxidante de los cuatro vegetales. Solo hubo reducción o ausencia de cambios significativos después de la cocción en agua en casos específicos.

La investigadora destaca que cada vegetal cocinado desarrolló un perfil de fenoles, contenido de humedad, grasa, materia seca y actividad antioxidante determinada por las características originales de los vegetales frescos y por la técnica de cocción aplicada.

“Cuando el contenido de fenoles de la hortaliza cruda es alto, el contenido de fenoles totales se incrementa aún más si se incluye AOVE durante el procesamiento y la aplicación de tratamientos de hervido no afecta las concentraciones finales. Debemos de resaltar, por tanto, que la fritura y el salteado conservan y enriquecen la composición fenólica. El tratamiento culinario que incluye agua, puede ser recomendable cuando los alimentos son consumidos junto con el medio de cocción, y la adición de AOVE mejora el perfil fenólico y compensa las deficiencias de los alimentos crudos”, concluye la investigadora.

08:27
03-10-2013

Buscando el aliño perfecto

Fuente:http://multimedia.hola.com/noticias-de-actualidad/2013/07/15/ensalada_alinar_imagen.jpg

Se puede decir que el aliño es la esencia de la ensalada, lo que le da personalidad, independientemente de los productos con los que la elaboremos. Hay que tener en cuenta, que generalmente, emplearemos vegetales (lechugas, escarolas, etc.) que tienen un sabor bastante suave, por lo que el sabor final del plato dependerá en gran medida de los ingredientes complementarios y del aliño.

La forma más sencilla y más práctica de preparar el aliño es en un recipiente aparte, no añadir los ingredientes directamente sobre la ensalada, ya que calcularemos mal las proporciones y el aliño no quedará bien. Por lo tanto, mezclaremos todos los ingredientes a parte, y una vez este listo, añadiremos sobre la ensalada en el último momento, o bien presentar por un lado la ensalada sin aliñar, y que cada uno se apañe su plato al gusto.

Los elementos de un buen aliño son muy variados, adaptados a los diferentes gustos de la gente. Ya sea el típico aliño de aceite, vinagre y sal, pasando por los que emplean algún tipo de jugo ácido, cremas reducidas, salsas, etc.

Aceites

Los aceites son grasas en estado líquido extraídos mediante diferentes procedimientos, siendo el más adecuado para el uso en ensaladas la extracción en frío. Con este proceso, obtenemos un aceite más rico en aromas, de mayor calidad y sin defectos.

Encontraremos diferentes tipos de aceite, de oliva, girasol, semillas, etc., aunque en nuestro país, el más usado a la hora de aliñar ensaladas es el de oliva, y si es virgen extra, mucho mejor. Este tipo de aceite proporciona un sabor intenso a las ensaladas, difícil de conseguir con otros aceites más suaves.

Además, el aceite sirve de base para preparar otro tipo de aliños, como veremos más adelante.

Vinagres

Compañero del aceite a la hora de aliñar ensaladas, y un complemento indispensable de estos platos. Al igual que en el caso del aceite, existen multitud de tipos de vinagre. Los más común es a nivel nacional, son los vinagres de vino, tanto de blanco como de tinto. También son comunes otros vinagres, como el vinagre de sidra o de Jerez, y últimamente, el vinagre de cava.

Otro tipo de vinagres más minoritarios son los afrutados, o los aromatizados con diversas hierbas (romero, estragón, tomillo, etc.), sin olvidar los vinagres balsámicos.

Ajo

Como ya hemos comentado, el aceite es un ingrediente base otras preparaciones. Basta sumergir unos ajos enteros en una cuenco con aceite, obteniendo un aceite aromatizado que se puede completar con unas bolitas de pimienta o una cayena si nos gusta un toque picante.

Vinagretas

La vinagreta es una salsa preparada con un poco de aceite, vinagre u otro ácido, una pizca de sal y un toque de pimienta. Partiendo de esta base, se pueden hacer múltiples combinaciones, añadiendo un poco de mostaza, un poco de queso bien picado, unos frutos secos, etc.

Mayonesas

Como base para la mayonesa, emplearemos dos yemas de huevo, un huevo entero, una pizca de sal y un poco de zumo de limón, mezclaremos y luego añadiremos el aceite. Debemos tener todos los ingredientes a temperatura ambiente, e ir añadiendo el aceite poco a poco, pero removiendo de forma continúa.

En este caso, es mejor que el aceite empleado sea una mezcla de oliva y otro tipo, ya que si es solo de oliva le dará un sabor demasiado fuerte. Y al igual que las vinagretas, podemos usar diferentes ingredientes extra para conseguir diversos tipos de mayonesas (añadiendo ajo, mostaza, etc.)

Zumos

En algunas ocasiones, un zumo de cítrico (limón o lima) se emplea para sustituir el vinagre en los aliños.

12:12
12-12-2012

CATA DE ACEITE

CATA DE ACEITE DE OLIVA: "EL ORO Líquido"

En mundosabor nos gusta hablar del aceite de oliva.

Es un alimento con una relación especial con el Mediterráneo, la zona de producción más importante del mundo. Dentro de ésta, España ocupa un lugar predominante como primer productor y exportador mundo. El aceite de oliva pertenece a nuestra cultura más profunda; es la esencia de una manera de vivir y de alimentarnos.

Ya hemos hablado de muchas cosas sobre él, pero ¿sabemos distinguir uno defectuoso con otro de calidad "óptima"? ¿sabemos catarlo?

El aceite de oliva es el único alimento en España que la categoría comercial la otorga un panel de cata oficial y acreditado en valoración sensorial; esto es debido al Reglamento (CE) No 2568/91 relativo a las características de los aceites de oliva y de los aceites de orujo de oliva y sobre sus métodos de análisis, donde define la forma de realizar la cata y los atributos implicados para la valoración. Es el único alimento con obligatoriedad de catalogarlo mediante una cata.

La cata de aceite de oliva se realiza para todos los aceites que vayan a salir al mercado y el objetivo es calificar los aceites como: Aceite de Oliva Virgen Extra, Aceite de Oliva Virgen o Aceite de Oliva Lampante.

La cata que se realiza entre estos expertos es rigurosa, basada en conceptos técnicos, y no contempla aspectos relativos al grado de satisfacción del producto (me gusta o no); sino que puntúa de forma objetiva y rigurosa una serie de atributos que son críticos para determinar la categoría o calidad del aceite de oliva.

¿Quiénes pueden ser catadores expertos en aceite? ¿Cómo y donde se hace? Cualquiera podemos serlo, ahora bien, hemos tenido que entrenarnos para tal fin: aprendiendo a distinguir aromas, defectos, olores....es laborioso y tenemos que tener "bien entrenados los sentidos".

La sala para catar está formada por cabinas separadas entre si: El aceite se sirve en copas azules para que no se aprecie su color, porque no es un elemento determinante para la cata, por eso se utilizan copas de color ámbar o azul. El aceite se cata "caliente" (entre 26 y 28 ºC); las muestras se presentan codificadas y tapadas.

El catador se sienta en el sitio asignado y el jefe del panel le va presentando distintas muestras para su valoración; el orden es muy importante. Lo primero, tras destapar la muestra, es acercársela a la nariz para percibir los aromas. Anota sus percepciones. Luego toma una pequeña porción en la boca, impregna la lengua y paladar y lo traga. Anota las sensaciones percibidas y los defectos detectados, cuales son y la intensidad que presentan: el amargor, el picor, el flavor a aceituna madura, frutado.... Además se percibe la fluidez, pastosidad.... Sino tiene defectos es virgen extra....

Se limpia la boca con un trozo de manzana y agua...coge otra muestra y empieza el ritual de nuevo.

Nosotros que no estamos entrenados ¿Cómo sabremos distinguir uno defectuoso con otro de calidad "óptima"? En mundosabor te lo contamos.

Los catadores expertos no valoran el color ni el aspecto visual del aceite, nosotros si que podemos hacerlo, depositamos una pequeña cantidad en una copa o vaso liso y transparente; el observarlo nos va a dar idea de muchas cosas....que está limpio o "bien filtrado", turbio, oscuro, velado...esto es un síntoma de buena o mala calidad.

Una vez visto, lo oleremos, para apreciar las distintas sensaciones aromáticas que desprende ¿a que huele el aceite? A huerta, a fruta, a hierba recién cortada, a plátano, a kiwi, a pimiento, a manzana...esos son los aceites aromáticos-equilibrados, pero también puede oler a agrio, avinagrado, a moho, humedad, podrido, rancio....esto nos indica baja calidad.

Una vez olido, nos acercamos el aceite a la boca; los expertos lo toman así, tal cual, nosotros podemos usar un trozo pequeño de miga de pan blanco, cortado con las mismas dimensiones para todos los aceites que probemos, y lo cataremos untando en cada muestra....valoraremos las sensaciones en boca, que pueden ser positivas: fresco, dulce, con sabor a frutas, almendras, pimiento, tomate.....o bien, agrio, avinado, mohoso, rancio....indicativo de baja calidad y que corresponde a un aceite desequilibrado.

¿Es el grado de acidez un parámetro indicativo de la calidad del aceite que lo podemos detectar en la boca?

No, el concepto "acidez" en un aceite no se corresponde con la acidez que podemos experimentar, por ejemplo, al comer un limón; es un parámetro de medida físico-químico y solo se puede cuantificar en el laboratorio, nosotros no lo podemos detectar en la boca.

La acidez se mide en grados, y representa la cantidad de ácidos grasos presentes en el aceite de oliva. En el caso del aceite, el grado de acidez está entre el 0,3 º y 0,8º; los aceites vírgenes extra no deben superan 1º.

Una acidez baja indica que las aceitunas estaban en perfecto estado de "salud" a la hora de procesarlas, no presentaban golpes ni fermentaciones prematuras, y se han procesado inmediatamente después de su recogida... Este dato también es importante a la hora de elegir un buen aceite.......solo hay que fijarse en la etiqueta.

08:46
02-08-2012

MITOS Y LEYENDAS DEL ACEITE DE OLIVA II

En mundosabor nos gusta mucho hablar del aceite de oliva, abanderado de nuestra dieta mediterránea.

Sobre él se dicen muchas cosas, algunas ciertas, otras no......

En mundosabor queremos descubriros que verdades y mentiras hay acerca de este alimento tan completo y beneficioso para la salud, por ello ampliamos el listado de mitos y leyendas sobre el aceite de oliva.

El aceite de oliva contiene más grasas que el aceite de semillas.

Tanto el aceite de oliva como el aceite de girasol, de maíz, de colza, de soja... son aceites, y por tanto su valor nutritivo consta al 99% de grasa, de cualquiera de ellos la misma ración nos "engorda" igual, aportando 9kcal por 1g de grasa. Todos los aceites contienen la misma grasa, independientemente del color y el espesor; que son factores no incidentes en el valor calórico del producto.

El aceite de oliva no debe recomendarse para personas con problemas cardiovasculares.

Al contrario. De echo, el aceite de oliva se recomienda para prevenir estas enfermedades cardiovasculares y problemas de hipertensión, debido a que además de aumentar el colesterol bueno en sangre, también mejora el funcionamiento de las células que recubren las paredes intestinales, por lo que evita la formación de placas de colesterol malo en las arterias y disminuye el riesgo de trombosis. Anótatelo....

Cuanto más aceite mejor....

Leyendo todas estas propiedades beneficiosas del aceite de oliva, se puede pensar que cuanto más aceite mejor....., pero no, ningún alimento en exceso es bueno. El aceite de oliva es muy sano, pero muy calórico, todo es grasa, y por tanto, hay que moderar su uso; 100 ml de aceite de oliva aportan 800 calorías: unas 400 calorías en una ensalada bien aliñada.

La graduación del aceite de oliva es sinónimo de calidad.

La graduación o la acidez del aceite (Norma del COI/T.15/NC nº 3/Rev. 4, Noviembre de 2009) indica para el aceite de oliva virgen extra una acidez libre expresada en ácido oleico como máximo de 0,8 gramos por 100 gramos; está relacionada con su composición química, y aunque puede indicar su calidad desde el punto de vista del estado de las aceitunas o del proceso de elaboración/conservación, no indica la calidad sensorial del producto.

La acidez del aceite no supone diferencias organolépticas para el consumidor, no se puede diferenciar sensorialmente la acidez en boca de un aceite.

 

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