Las flores comestibles son aquellas flores que pueden ser consumidas con seguridad. Es posible almacenarlas mediante técnicas tales como secado, congelado o inmersión en aceite. El uso de las flores en la cocina data desde hace miles de años, los pioneros fueron China, Grecia y Roma. Se las puede utilizar para preparar bebidas, ensaladas, sopas o incluso platos principales. También se puede preparar aceites y vinagres aromatizados introduciendo los pétalos en el líquido.
La gama de sabores que las flores aportan es amplia, tanto como la variedad de flores comestibles disponible: puedes encontrar flores picantes, herbáceas, otras aromáticas, etc. lo que hace que casi siempre haya una flor adecuada para cada elaboración.
A continuación vamos a indicaros algunas de las flores comestibles para que empecéis a conocer las diferentes variedades disponibles. Durante esta primavera te iremos contando más y más variedades para que seas un experto en la nueva tendencia culinaria.
Allium: Flores de puerro, ajo y cebollín. Posee una enzima que rompe la aliína (responsable del olor a ajo) y la transforma en alicina, que posee propiedades medicinales.
Angélica o Hierba del Santo Espíritu: Sabor a regaliz. Indicada para aquellas personas que son propensas a las digestiones pesadas. El aceite esencial extraído de esta flor se usa para mejorar la psoriasis (uso cutáneo).
Monarda: Monarda didyma tiene un característico olor y sabor a cítrico. se usan en cocina para acompañar platos con fruta y ensalada. Con las hojas secas se pueden hacer infusiones. Pero cuidado! La variedad de Monarda Bergamota no es comestible.